A la vista de que el Gobierno de los Estados Unidos piensa retirarse de Irak dejando tras de sí un rastro de muerte y destrucción que ha arrasado el país, hemos decidido que la empresa culpable de tan cruel y nefasto desastre -la Dall&Houston, de la que ustedes son los principales dirigentes y accionistas- reintegre los beneficios que ha obtenido de tan bárbara e injustificada agresión. Nos consta que no es posible resucitar a los muertos, pero sí lo es reponer en parte los daños causados, y por ello exigimos que devuelvan dichos beneficios, que hemos calculado en torno a los cien mil millones de dólares. De no aceptar nuestra justa demanda, cada dos semanas uno de ustedes será ejecutado; no importa lo que aleguen en su defensa, dónde se oculten o cómo intenten protegerse. El dinero sucio de sandre, con sangre se limpia. Aarohum Al Rashid