Tras su huida de Roma y de los Camisas Negras, Giulia Diacalone encuentra refugio en la petite Italie de París. Allí se reencontrará con muchos de sus compañeros de la bohemia artística de Roma y, en especial, con su profesor de historia del arte, Vittorio Manelli, y con Silvio, su primer amor. Giulia empezará a frecuentar el ambiente antinazi de la intelectualidad, en especial al galerista judío Hans Roth y a la célebre Rose Valland, conocida por su valor, empeño e inteligencia a la hora de luchar contra la expoliación de las obras de arte. De París a Roma, pasando por la Côte-d’Azur, Giulia vivirá las horas más turbulentas de finales de la década de 1930 y de la Segunda Guerra Mundial.