Fernando Pessoa es sin duda alguna el poeta portugués más importante del siglo XX. Afirmó que el poeta era un fingidor de sí mismo y toda su obra se concibe como un drama en gente en que dialogan diversas voces o heterónimos que representan diferentes cosmovisiones: la clasicista y horaciana de Ricardo Reis, la técnica, whitmaniana y futurista de Álvaro de Campos, la de Bernardo Soares (autor del Libro del desasosiego, una entretenidísima metafísica del aburrimiento) y la distanciada de Alberto Caeiro, a quien Pessoa sintió como su maestro, poeta amante de la naturaleza y las sensaciones puras, escéptico y poco dado al vicio de pensar y a las reglas métricas, entre otras muchas voces menos perfiladas, algunas de ellas femeninas. La disolución de la indentidad burguesa, expresa en los monólogos dramáticos de Robert Browning, en el anglosajón y victoriano tema del doble y en el cultivo acelerado de todo tipo de estéticas y formalismos, se concreta así en la cultura portuguesa mediante la creación de máscaras poéticas. La Biblioteca Fernando Pessoa que publica Verdehalago recoge algunas de us más interesantes obras.