En un lenguaje íntimo y crudo, Mandalay se abre camino en un universosimbólico en el límite de lo cognoscible, de lo intuido, donde la poesía se eleva en una espiral de búsqueda visceral. Cada poema exploraellugar en el que el vacío y la ausencia se tornanel contrapunto clave de unaindagaciónvital. Clara Astarloa encarna una voz precisa y potente en la que cada palabra se desnuda para sugerir el revés de una realidad más subrepticia y sutil: >