A finales del siglo XVIII, el astrónomo Charles Mason y el topógrafo Jeremiah Dixon, dos británicos a sueldo de la Royal Society, trazaron la línia que separaba los estados (entonces colonias) de Pennsylvania y Maryland, conocida aún hoy como la Línia Mason-Dixon. Su peripecia, contada por Thomas Pynchon, se convierte en un retrato épico y paródico de los albores de la Edad Contemporánea.