El comisario Maigret está muy enfadado. A petición de una viejecita, cuya nieta había muerto en extrañas circunstancias, había empezado a investigar sobre una acaudalada familia. Descubrió que el que manejaba todos los hilos era Ernest Malik , un antiguo compañero de clase convertido ahora en un rico empresario, dueño de muchos negocios de transporte fluvial y de una hermosa mansión a orillas del Sena, con embarcadero, pistas de tenis Maigret soporta a duras penas el lujoso ambiente y la condescendencia con que le trata Malik ; pero cuando éste, tachándole de palurdo, le ofrece dinero para que deje de investigar, el comisario da media vuelta y se va. Furioso, decide llegar hasta el final del caso. Ya nada podrá echarle atrás.