Hubo un tiempo en el que nuestros mayores no distinguían entre gastronomía, farmacopea y magia. Pusieron nombre a todo aquello que les era útil para la vida incluidas las plantas que por sus cualidades eran curativas, terribles venenos o simplemente deliciosas. La domesticación de las plantas mediante la agricultura ha destruido en parte esta relación tan íntima entre el hombre y la naturaleza. Desde Mugaritz, con la ayuda científica y estética del biólogo Unai Ugalde, filtrada literariamente por los escritores Hasier Etxeberría y Miguel sánchez-Ostiz, asesorados por los botánicos de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, Iñaki Aizpuru y Pako Garín, han recuperado una selección de plantas silvestres y les ofrecen un recetario original, que pretende con modestia entablar un nuevo diálogo con la clorofila . Eso sí, no apto para vegetarianos.