El binomio derecha/izquierda, moneda común esencial del juego político en las democracias occidentales, parece haberse difuminado en medio de la caída de las afiliaciones políticas tradicionales desde finales del siglo xx. Pero si las distancias entre la derecha y la izquierda se han reducido en el imaginario colectivo, esta renuncia a discrepar se manifiesta justo cuando a escala mundial el escándalo de la desigualdad estalla en toda su magnitud. ¿Remite entonces el agotamiento de la antítesis entre derecha e izquierda a una crisis de lo político como tal? ¿Cómo recuperar en el marco del nuevo desorden mundial imperante el espacio de la política? Y ¿es posible repensar la izquierda?