La actual crisis de la fe en Dios es debida a la forma falseada de pensar a Dios y de vivir la relación con él. Pero un Dios y una religión deshumanizados solo producen sufrimiento, violencia y muerte. Este libro propone recuperar el significado de lo más original que ha aportado el cristianismo a las tradiciones religiosas de la humanidad: que Dios se ha humanizado en Jesús de Nazaret. Lo cual quiere decir que el punto de encuentro con Dios no es ya ni lo divino, ni lo sagrado, ni lo religioso, sino sencillamente lo humano.