Se tiene la pequeña certeza de que una de las consecuencias de esta pandemia será la modificación para siempre de hábitos muy asentados. La epidemia del VIH/SIDA, que lleva 38 millones de muertos y unos 75 millones de infectados en el mundo, cambió los hábitos sexuales y de consumo de drogas por vía parenteral. Con la COVID-19, la mascarilla, la distancia, una mayor higiene personal y de espacios, han llegado para quedarse. Aglomeraciones y lugares cerrados mal ventilados pasarán a la historia. También será la forma de cambiar otras muchas cosas a mejor. En esta obra, con vocación holística, se ha perseguido generar conocimiento que, sirva para entender lo que acontece y su indefectible impacto a futuro. De ahí, su extensión y los muchos frentes que aborda. La globalización en curso y sus futuros posibles tras la pandemia lo hacen preciso. Aun así, quedan aspectos que abordarán otros análisis futuros. De la lectura de los capítulos se puede concluir que una mayor atención al cuidado del medio ambiente y un despliegue no desigual de la digitalización, serán los dos elementos principales para recomponernos socialmente, especialmente en la Unión Europea. También despunta el previsible crecimiento de la colaboración público-privada mucho más abierta y con foco en la investigación biomédica.