¿Por qué no debería estarle permitido a un fotógrafo del norte hacer un canto a la belleza plástica de la mujer negra? ¿Por qué la inspiración creadora que engendra el esplendor de África en poetas como señor no podría alcanzar a ge ommer? A Fin de cuentas, ¿qué separa la fotografía de la poesía? He contemplado todas las imágenes de este libro. Me he detenido en cada una de ellas. No he dado rienda suelta a mi sensibilidad, simplemente he dejado que aflorara... No me ha hecho falta recurrir a mi imaginación, se ha despertado de forma espontánea. Han descubierto cinturas flexibles, tonos matizados de piel, juegos de luces y sombras, formas alargadas y esbeltas, lánguidas o lascivas, todas ellas con ese algo indefinible, solapado, que parece proceder de muy lejos, de las estrellas... Un algo que hechiza y encandila. He soñado con diosas negras. He pensado en la amante y en la amada. He visto los músculos estrellados de la dama de gestos vivos, perfecta como una estatua. Calixthe Beyala