Esta es su noche de suerte. No se lo podía creer pero llevaba puestos calzoncillos de seda negra. Esa era exactamente la clase de prueba que Lydia Carmichael buscaba. La prueba que le confirmara sus sospechas: que la agencia Mister Perfecto no eran simplemente acompañantes masculinos, sino que eran una pandilla de gigolos que cobraban por acostarse con mujeres y que estafaban a la gente. Todo lo que ella tenía que hacer era usar de cebo a ese chico malo, meterlo en su cama pagándole por ello y así tendría pruebas para acabar para siempre con su negocio. Pero Lydia no estaba preparada para lo que encontró en Luke. Luke no sólo estaba como un tren, sino que era también un hombre considerado y protector... Y cuando va descubriendo que hay mucho más bajo su sexy ropa interior, ya no hay manera de volver atrás. Lo que comenzó como un juego, jamás pensó que podría convertirse en auténtico amor.