Alfi no podía imaginarse hasta dónde le llevaría la propuesta de hospedar durante unos días a Bernardo: desde robar en un museo hasta presenciar los más extraños acontecimientos espirituales. Nosotros le acompañaremos en un viaje en el que nos introduciremos con la misma incredulidad que él, siguiendo las peripecias de unos amigos que a través de sus actos tienen la creencia en una causa superior a ellos, algo por lo que merece la pena poner en juego sus vidas. Gabriel Espinoza presenta en este libro nada convencional una historia disparatada, pero de profundas raíces. De este modo, la novela, ambientada en Santiago de Chile durante la última semana del año 1999 y las dos primeras del año 2000, nos hace replantearnos hasta dónde se es capaz de llegar por la lealtad a un amigo y a una idea.