La ciencia ficción es uno de los mejores instrumentos que tiene la sociedad para repensarse a sí misma. Esa reflexión encuentra en este libro su máxima expresión al presentarnos un mundo cuyos habitantes padecen de ceguera tras un accidente fortuito que desencadena la catástrofe. La acción de la novela se sitúa trescientos años después de ese hecho, cuando los habitantes de la era de los invidentes incluso dudan de que alguna vez existieran verdaderos videntes. De este modo, el autor, a parte de reflexionar sobre la posible organización y sistema simbólico de una sociedad en la que nadie posee el don de la vista, nos hace replantearnos si no estaremos en la actualidad, sin saberlo, también ciegos de algún modo, carentes de algún sentido del que desconocemos su existencia. En conclusión, nos encontramos ante una novela que nos hará sufrir y disfrutar con sus carismáticos personajes, pensar en su sociedad y en la nuestra y, en definitiva, abrir nuestra mente a nuevas posibilidades a través de una lectura que no dejará a nadie indiferente.