Cirlot, de personalidad compleja y controvertida, creó un mundo imaginario y simbólico muy personal y rico que abarca desde las culturas más antiguas a los mitos del cine de su tiempo. Mundo de Juan Eduardo Cirlot (1996), una primera exposición del IVAM, permitió descubrir la importancia de la obra de Cirlot y su decisiva relación con el arte de su época. Probablemente, la cultura catalana y la cultura española aún no han reconocido como se merece su dimensión de gran poeta, ensayista y creador de alcance europeo y universal. Quizá el hermetismo de parte de su obra y su ambigüedad ideológica no siempre han favorecido su difusión. No obstante, de ser considerado un poeta y escritor minoritario, y gracias al estudio y la divulgación de su obra, se ha convertido en un autor de referencia en el estudio de los símbolos, la poesía y el arte del siglo XX.