Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil 2007 Un año antes de su muerte, Franz Kafka vivió una experiencia muy insólita. Paseando por el parque Stegliz, en Berlín, encontró a una niña llorando desconsolada: había perdido su muñeca. Para calmar a la pequeña, el autor de La Metamorfosis se inventó una peculiar historia: la muñeca no se había perdido, se había ido de viaje, y él, convertido en cartero de muñecas, tenía una carta que le llevaría al día siguiente al parque.