En el siglo XXI, ya no podemos pensar que la reencarnación, la creencia en vidas anteriores, sea tan sólo una exótica idea oriental. Como podemos leer en estas páginas, ampliamente documentadas y tan rigurosas como fascinantes, en muchas tradiciones antiguas se ha definido tal idea. Pero, además, en las últimas décadas, estamos asistiendo a un rápido resurgimiento de la misma, desde las más diversas enseñanzas esotéricas, desde la terapia de vidas anteriores y, en general, como uno de los presupuestos centrales de la espiritualidad de la Nueva Era. Efectivamente, aceptar la existencia de la reencarnación supone vislumbrar un nuevo sentido de la vida, quizá abrirnos a la posibilidad del Gran Sentido, en el que nuestros mejores sueños y nuestras más sublimes esperanzas resultan justificados.