Declarado en 2005 Patrimonio Cultural Inmaterial por la UNESCO, el teatro Kabuki, surgido a comienzos del siglo XVII, constituye en el Japón del siglo XIX un vestigio aún vivo y activo de una época pasada, reflejo presente de la tradición, los códigos y los valores que han regido y, en cierto modo, rigen aún la sociedad japonesa. Asistir a una representación de Kabuki significa dar un salto en el tiempo para sumergirse de lleno en las aventuras y desventuras de Benkei y Yoshitsune o vivir el amor y el desamor de la mano de Sukeroku y Agemaki. Descubrir el Kabuki supone comprobar la absoluta maestría de sus actores, en especial la sublime sensibilidad artística del onnagata, el actor especializado en papeles femeninos