Platos fáciles que siempre salen bien. Desde que el hombre empleó por primera vez el fuego para cocinar los alimentos, las técnicas de cocción no cambiaron demasiado hasta mediados del siglo XX. Los métodos empleados fueron la parrilla, el vapor o el horno. Todos ellos producían calor -ya fuera húmedo, seco o envolvente- mediante la combustión de leña, carbón, gas o electricidad. Y, entonces, hizo su aparición un misterioso electrodoméstico que, mediante unas desconocidas ondas electromagnéticas, reducía drásticamente los tiempos de cocción y permitía cocinar los alimentos en la misma vajilla que luego se sacaba a la mesa con la comida recién hecha.