Estos ochenta y cinco cuentos breves, tomados casí todos del Me´an Lo´ez, evocan una tranquila época patriarcal, en la que el rey, mezclado entre sus súbditos, expresándose en un lenguaje sencillo, era símbolo del poder, la justicia y el saber. Sucesos antañones, viejas leyendas populares, moralidades rabínicas… contados con llaneza para concluir siempre en una moraleja rotunda, a veces sorprendente.