Volumen central de la trilogía que forma con Sexus y Nexus, esta novela recrea la infancia del genial escritor, su abandono, contraviento y marea, de toda otra ocupación que no sea la escritura, librándose para ello de cualquier atadura con las convenciones, las rutinas o los supuestos deberes. El orgullo y la poderosa convicción libran una dura batalla con la pobreza material, con el desprecio o la incomprensión, pero en esta lucha desigual cuenta con el apoyo incondicional de Mona, que le permitirá superar todo tipo de dificultades. El libérrimo espíritu de Henry Miller se desborda aquí en una prosa rítmica y embriagadora, para dar como resultado una novela de una potencia insólita.