El Panóptico es una construcción planeada para hacer posible el más viejo y persistente anhelo del Poder: que un solo Ojo, alerta y ubicuo, tan omnipresente como invisible, sea capaz de vigilar las acciones de cientos o miles de hombres encarcelados. Pero aquí, vigilar debe entenderse como ejercicio atemorizante, capaz de evitar toda conducta ilícita, inmoral o simplemente indeseable. Como veremos en esta obra, las pesadillas más terribles no siempre han sido imaginadas por artistas o profetas. La siniestra ventaja que poseen los hombres de razón, es que en contubernio con los poderosos se encuentran capacitados para ejecutarlas.