De una manera coloquial, sencilla y eficaz, esta obra nos propone la fórmula mágica para educar a nuestros hijos que toda madre busca. Tan sólo precisa de tres ingredientes: unos objetivos claros que los niños puedan fijarse, unas pequeñas reprimendas que les ayuden a entender cuándo no se han portado bien y unos breves elogios que les confirmen cuándo sí lo han hecho… ¿Hay alguna madre que no se atreva a probar?