Tras cuatro años de cárcel, Irene se separa de la organización armada a la que pertenece. En un viaje en autobús, Bernardo Atxaga simplifica la belleza de las palabras para presentarnos el rostro de alguien que ha estado en prisión,ha sufrido por amor, y que necesita enfrentarse a su desconfianza para construirse de nuevo a sí mismo.