Max Aub cree en la tragedia, piensa que el drama forma parte de la esencia del teatro español. Se trata de una obra donde se manifiesta toda la fuerza narrativa de Aub y, al mismo tiempo y de forma profética, se refleja el drama de su propia vida. Aub toma la esencia de la realidad que conoce. Convierte al colectivo judÃo en personaje dramático. No es, como el tÃtulo podrÃa hacer creer, una obra hagiográfica, sino el nombre de una nave de transporte en la que viaja toda la vivencia imaginada de Aub. En 1938, un grupo de judÃos se vio obligado a peregrinar de nación en nación sin que jamás les fuera concedido a los prófugos el permiso de bajar a tierra.Casi todos los estamentos sociales están representados: jóvenes y viejos, pobres y ricos, un grupo de rebeldes, una joven enamorada capaz de traicionar a su hombre, judÃos comunistas... La integración de caracteres y pasiones posibilita la transformación en una situación, en un ambiente cargado de simbolismo y de tragedia. Se muestran, a través de los grupos, la miseria, el fatalismo, el egoÃsmo, la resignación. Es el grito de una esperanza sin esperanza, es el odio y el amor de todos los que no llegan a comprender el fin y la finalidad de una suerte común. El naufragio, la muerte como único medio de libertad, como única posibilidad de escapar a la incomprensión, a la incongruencia, a la intransingencia. Max elige este final para su obra, logrando, de forma sublime, un cuadro de gran intensidad, de gran dramatismo. La tragedia del San Juan es la tragedia en que está sumida la Europa de 1938.