El fragmento dos de Heráclito -Por tanto es necesario seguir lo común. No obstante, aunque el Logos es común la mayoría vive como si poseyese su propia inteligencia- es el principio y el límite de todo pensar y de todo poetizar. Si el poeta cree poseer su propia inteligencia, yerra fuera de lo necesario; ha de vivir en el acuerdo de lo necesario, de lo que reúne, en el logos, que nunca será tranquilo reposar, pues no le pertenece, ni lo posee; siempre será un otro que reunir. Joaquín Puig