La Florida, en el jerezano valle del Guadalete -el río del Olvido-, Pinar del Río, en Cuba, y Madrid, son los escenarios en los que se desarrolla este relato en el que los nombres propios son, en cierto sentido, una excusa para destacar el perfil de sus verdaderos protagonistas, sobre el horizonte mágico del viento de Levante: el tiempo, la memoria, la identidad personal, la condición humana, en definitiva. Ambientada en el paso del siglo XIX al XX, hasta los primeros años de la postguerra civil española, Del viento al infinito es una novela circular escrita, en parte, en claves de la mejor herencia novelística latinoamericana.