Enrique Martínez Reguera afirma en este libro: la ciudadanía ha sido objeto de un concienzudo programa, que a manera de un lavado de cerebro se propuso cosificarnos, a fuerza de despersonalizarnos y deshumanizarnos. [...] es necesario restaurar la conciencia, ese punto de feliz encuentro, en donde la razón y el corazón confluyen y se entienden si se escuchan.