Existe una experiencia ma´s deseable que la alegri´a? Ma´s intensa y ma´s profunda que el placer, ma´s concreta que la felicidad, la alegri´a es la manifestacio´n de nuestro poder vital. La alegri´a no se decreta, pero ¿podemos amaestrarla? ¿Provocarla? ¿Cultivarla? Me gustari´a proponer aqui´ una vi´a para la realizacio´n de uno mismo fundada en el poder de la alegri´a. Una vi´a de liberacio´n y de amor, en las anti´podas de la felicidad artificial a que nos invita nuestra cultura narcisista y consumista, pero tambie´n distinta de las sabiduri´as que aspiran a la ataraxia, es decir, a la ausencia de sufrimiento y turbaciones. Por mi parte, prefiero una sabiduri´a de la alegri´a en la que tengan cabida todas las dificultades de la existencia. Que las comprenda afin de poder transfigurarlas. Siguiendo los pasos de Chuang Tse, Jesu´s, Spinoza y Nietzsche, una sabiduri´a asentada en el poder del deseo y en un consentimiento de la vida...