¡Yo Gregory! Eso dice este pequeño paciente de manicomio desde lo más profundo de su corazón amarrado por una camisa de fuerza... ¿y quién está dispuesto a discutírselo? Desde su acogedora celda de hormigón, el encantador y lunático Gregory mira feliz al mundo exterior con optimismo de la inocencia infantil. ¿Cómo es la vida desde ahí dentro? Pues más divertida de lo que uno se imagina... especialmente si esta existencia demasiado frenética y competitiva -una vida de rataste te ha dejado fuera de juego.