Revoluciones, sequías, hambrunas, invasiones, guerras; las calamidades sin precedente de mediados del siglo XVII, eran un fenómeno terriblemente generalizado. La crisis se extendió desde Inglaterra hasta Japón, y desde el Imperio Ruso hasta el África subsahariana. América del Norte y del Sur, también sufrieron turbulencias. Nadie hasta ahora había podido explicar el motivo de tanta catástrofe en una misma época en el mundo entero. Parker ha demostrado que existe un vínculo entre el cambio climático y las catástrofes que ocurrieron en el mundo hace 350 años, lo que supone un logro histórico de un alcance extraordinario. Y las implicaciones que tendrá su estudio son igualmente importantes: ¿estamos preparados para las catástrofes que el cambio climático podría traer el día de mañana?