A Arancha, abogada dedicada ahora a la docencia, le diagnosticaron por segunda vez un cáncer de mama. Su hermana Cristina, reputada artista y fotógrafa, decide no separarse de ella a lo largo del proceso e ir documentándolo a través del objetivo de su cámara fotográfica. Así surge Fucking cáncer, una visión de la lucha contra la enfermedad diferente a las que estamos acostumbrados a ver. Las fotografías de Cristina y el cuerpo de Arancha no esconden la enfermedad, no la disfrazan, no la endulzan. Ambas son dos mujeres valientes, luchadoras, rebeldes, pero también pueden llegar a ser muy divertidas, irreverentes, llenas de energía, de vida y de rock and roll (de soul, corregirían ellas).