La complejidad de la Nueva Economía exige a los directores financieros que no se limiten a meros análisis de problemas financieros, sino que contemplen la interrelación de todas las decisiones y sus efectos sobre la empresa y los mercados. Ahora desde la Dirección Financiera-como demuestran los autores de este libro-es imprescindible integrar los viejos modelos y métodos con los nuevos instrumentos de los mercados y todo ello con una actitud plenamente globalizadora.