En estos relatos hay un reverso de sombra, un vértice desilencio, algo que no se nombra directamente pero que esuna invitación al lector para que se sumerja y participeen la construcción del sentido. Para que intervenga enla extraña normalidad de estos diez sueños, y puedaencontrar un poco de claridad o un lapicero contra ladesdicha. Páginas que respladecen con luz propia.