«Es como un desierto habitado, conchas, algas, cartas, la isla negra es la casa de un sueño, llámame cuando enloquezcas, cuando se confundan tus sentidos. Es como volver a la infancia, el viejo marinero que nos honra con las sienes rebosando historias, su aliento de mar y la pipa de niebla, el mundo gira hacia el sur, las olas lamen tu luna en la ventana, la luz que nombra; verde, azul, negro, madreperla, cada mar es el matiz de un sueño, hay hombres que aman el tiempo como una fuente de añoranza. Nos pondremos boinas, fumaremos hierba, espuma, troncos, aire, es como entrar en un vientre, esperar el deslumbramiento, sincronizar el pulmón marino, como una ballena grande, abandonar nuestro aliento y el vaivén oficinista. Llámame cuando te confundas, cuando tus medias no se correspondan, llámame entonces, para reservar un lugar en la casa de Valparaíso.» (poema LA CASA DE VALPARAÍSO) © Gabriel Moreno, 2009