Los veinticinco sonetos que componen este libro están escritos desde una sensibilidad que entronca con la más bella poesía elegíaca contemporánea. El poeta, así, se suma a la tradición seguida por escritores como José Agustín Goytisolo, Enrique Badosa o Alejandro Duque Amusco para crear unos sonetos tan cargados de melancolía y belleza que cautivan a cualquier lector. Un canto al dolor, al sufrimiento humano y al olvido, pero también un tributo a la amistad, al sueño y a la esperanza que nos hace, a veces, rehuir la nada de la muerte.