A cuant@s desde cualquier colina divisaron el Aro Sagrado y al instante supieron que estaban en Casa. A las almas, que afiliadas a la Gran Alianza, avanzan por el sendero del servicio a la Humanidad. Al Cielo que me empujó hasta la colina de este avistamiento. A mi hermano Ramón que captó la idea y realizó los gráficos. En memoria de Javier García y de todos los que nos precedieron desbrozando el terreno para anclar sobre esta bendita tierra el Aro Sagrado de la Unidad. ¡Paz y Gloria a todos ellos!