Liniers vuelve a la carga con más historias macanudas, pequeños poemas gráficos que rebosan buenas vibraciones y agudo sentido crítico. Con su inconfundible estilo y su penetrante inteligencia el humorista bonaerense lanza nuevas cargas de profundidad para describir un mundo hostil y contradictorio que, sin embargo, plasma con extrema delicadeza.