Entre la novela catastrofista de los años 70 y un darwinismo poco elaborado, cuenta la destrucción y renacimiento, a modo de Ave Feníx, de la humanidad. Como buen caricaturista, Vonnegut carga las tintas sobre la estupidez humana, capaz sin mayores complicaciones, y sin el auxilio de ingenios bélicos, de acabar con la sociedad y todo aquello que se interponga. En esencia, describe como una crisis económica mundial, unida a una epidemia sin síntomas evidentes, pero que provoca la muerte prematura de los óvulos, derrumba en primer lugar el entramado político y social, y poco tiempo después (en términos geológicos) acaba con parte de la humanidad.