Paule se mira en el espejo y ve a otra Paule, apasionadamente preocupada por su belleza, que transita con dificultad del estatus de joven mujer al de mujer joven. Paule, decoradora, abandonada por su amante, adorada por un hombre joven, inquieto e indeciso, en el umbral de una nueva relación amor-pasión, vive atormentada por un deseo desesperado de juventud, de felicidad. En una prosa diáfana sin apenas artificio, los acontecimientos se suceden entre descripciones de ambiente burgués (viviendas, restaurantes, salas de conciertos…) y diálogos breves pero incisivos, aunque la corriente de conciencia (sobre todo el mundo interior de Paule) ocupa también su espacio. Sin perder de vista que se trata de una obra publicada en 1959, y que su autora la escribió con 24 años, quizá no sea pertinente la cuestión de si se trata de un texto feminista. Pero sí que se puede afirmar que la autora adopta una postura crítica ante la cuestión ahora llamada del género. Se muestra muy crítica con cierto sector de la sociedad de su época, que aceptaba sin ambages relaciones tan tóxicas como la de Paule y Roger y, en cambio, se escandalizaba con otras parejas por su diferencia de edad (sobre todo si la mayor era ella). Crítica también con ciertos hombres que rehuían el compromiso hasta el punto de esclavizar sentimentalmente a sus amantes más asiduas. Y crítica, por último, con algunas mujeres, por su actitud sumisa ante determinadas injusticias Gerardo Markuleta.