Los cuadros esquizofrénicos son muy graves, con tendencia a ciertas resistencias, recaídas, cronicidad, al no cumplimiento terapéutico en muy alto porcentaje de pacientes (30-80%), a ingresos y reingresos frecuentes, a conductas suicidas (20% de conductas o intentos, 10% lo consuman), a cuadros de colorido depresivo (25%), a consumo de tóxicos (20-50%), a disminución de la funcionalidad y a una pobre calidad de vida. El importante porcentaje de pacientes esquizofrénicos que no responden adecuadamente al tratamiento y el precio a pagar por la respuesta terapéutica con la presencia de efectos secundarios indeseables que en muchos casos determina el incumplimiento del tratamiento pautado, ha obligado en los últimos años a que gran parte de la investigación psiquiátrica se haya centrado en la búsqueda de nuevas moléculas antipsicóticas que, sin perder eficacia, sean mejor toleradas por los pacientes. Los nuevos antipsicóticos, también denominados atípicos, son agentes antipsicóticos eficaces sobre síntomas positivos y algunos síntomas negativos, con mínimos efectos extrapiramidales y menos discinesias tardías. El ambiente familiar influye en la evolución de la esquizofrenia, pero es muy difícil intervenir sobre una situación de la que no sabemos su participación exacta, añadiendo las dificultades que plantea el identificar a los pacientes o grupos de riesgo. (...)