El 31 de julio de 1944 Antoine de Saint-Exup茅ry cay贸 en mi jard铆n. Su paraca铆das qued贸 enredado en el nogal que plant贸 el abuelo Jules el d铆a de mi nacimiento. Cerca del suelo, estrangulado entre las ramas, colgando como una pi帽ata olvidada, inm贸vil, rid铆culo, indefenso, con su porte ilustre de gato mojado.