Nico responde a una anuncio del periódico y entra como aprendiz en una fábrica de artículos de broma. Con el paso de los días, se dará cuenta de que dirige la pequeña empresa mejor que el propio dueño. Aunque, eso sí, aconsejado en algún momento por un fantasma muy particular. ¿Qué pasará cuando reciban la visita de la atractiva dueña de la todopoderosa Industrias Fumanchú? El señor Telmo González vive sólo, en Zaragoza, desde que murieron su padre y su hermano. Es un hombre desaliñado, lleno de manías y supersticiones: no soporta la imparidad. Todo esto va a cambiar el día que Nico, tras haberse escapado de un orfanato en Miranda de Ebro, llega a casa del Sr. Gon solicitando un trabajo de aprendiz en su industria farmacéutica; el problema es... ¡qué llega con doce años de retraso! El Sr. Gon tenía una empresa de artículos de broma que compartía con su hermano Cecilio, pero desde que éste murió, Telmo Gon se había abandonado y vivía de las pocas rentas que le quedaban. Finalmente, Nico se queda con él y juntos consiguen poner en marcha las antiguas instalaciones Gon. Entonces aparece en escena Mademoiselle Odile, accionista de “Bromas Fumanchú”, con quien pasarán unos días muy felices, pero... todo se acaba ¿o no?