Reúno, en este volumen, prácticamente la totalidad de los epígrafes utilizados, a partir de 1969, como introductorios de mis textos psicoanalíticos. Al seleccionarlos, por cierto, he procurado casi siempre localizarlos en ámbitos distintos del campo de la disciplina fundada por Freud, con la idea de mostrar así cómo el psicoanalista puede, e incluso debe, nutrirse de nociones provenientes de otros saberes para no quedar ceñido a una tediosa repetición sistemática de los puntos centrales regúlatenos de su quehacer y de su teorización al respecto. Por otra parte, la apertura, la aireación ofrecida por estos pensamientos breves, sentenciosos, llenos de agudeza, muchas veces desconcertantes y paradójicos, donde se resume un trozo procesado de la experiencia y de la sabiduría de la vida, pues bien, todo ello ayuda al psicoanalista a incentivar la amplitud de su escucha a través del aporte de concepciones novedosas. Con todo, quiero resaltar muy especialmente que el producto aquí obtenido va destinado, esta vez, no tan sólo al colega, sino también a todo lector inquieto e interesado en el ahondamiento de los grandes temas de siempre, entre otros: el hombre, el amor, vida y muerte, la verdad, el libro, el arte, el nombre, lo nuevo y lo viejo, el tiempo, el vacío, la guerra, la locura, el cuerpo, la ley, la familia, la experiencia, la sociedad, y así siguiendo. Por otra parte, para ceñirlos de un modo tan especial me he rodeado, en esta convocatoria, de los autores que han sabido mantener viva, en el curso de tantos años, la llama de mi pasión por la lectura. Así, ellos son, de nuevo entre otros: filósofos, poetas, dramaturgos, ensayistas, narradores, historiadores, críticos literarios, músicos, pintores, antropólogos, gobernantes, politólogos, químicos; y también dan su presente la Biblia, los refranes populares, las locuciones, los proverbios latinos y, por último, muy pocas citas de mis maestros en psicoanálisis: Freud, es claro, y Lacan. En resumen, tengo la convicción de que el lector podr&