Estructura, escritura, objeto, cuerpo son los temas. La transferencia y la repetición en la práctica clínica son la guía de estos escritos: pathos singular de un sujeto que busca hacer nudo con los lazos sueltos de la cultura y con la posición del cuerpo. Malestar en la cultura. El punto de partida es el inconsciente estructurado a la manera de la lengua que hablamos, rozando en sus producciones la poética y la retórica. Sin embargo el cuerpo encuentra allí sus síntomas, y la función simbólica sus fracturas. De la estructura pasamos al cuerpo de una escritura: la de Kafka. Una bella herida marcando un cierto estrépito, un fracaso en la contundencia del símbolo que golpea en el cuerpo, inmóvil como una estaca helada en el desierto. La escritura de Kafka es en este sentido paradigmática. La escritura del psicoanálisis, a su vez, se ubicará en relación a la escritura en general en medio del trabajo de la cultura. Del cuerpo, hablante (más allá de toda escritura), se desprende por otro lado un objeto, una objetalidad y una objeción a la conciencia que en la cultura tecnocrática actual parece pasar por el descarte. Nabokov y Sartre ilustran el objeto. Blanchot, su negatividad y la segregación mortal de los individuos en la sociedad de masas unimercadista. Semprún, el trauma inescribible, el cuestionamiento de todos los símbolos y todos los cuerpos en el umbral del siglo XXI... En medio de estas espirales, una vuelta sobre la psicosis. Alrededor del eje público/privado, algunas aporías de la experiencia y del lugar del analista. Althusser, la política y la locura, un poco a la manera de Schreber, otro poco a la manera de una interrogación sobre el porvenir de nuestra cultura. Para volver al cuerpo, con afecciones que, en relación al Ideal del yo, (las psicosomáticas) parecen ofrecerse cada vez más en el altar de una atopía desidealizada, antisocrática. Estructuras, clínicas y demandas se replantean en nuestra época, reclamándole al psicoan&am