Frans Laarmasn está a punto de ver cómo se trasnforma su vida. Gracias a un absurdo golpe de fortuna, va a poder abandonar su trabajo como empleado en una oficina para convertirse en un próspero comerciante de queso de bola. Se le presenta así la oportunidad de salir de su insignificancia social y de codearse con una pequeña burgusía atascada en su mundo, contra el cual se rebela en el fondo, pero del que acepta de hecho todos sus códigos y valores.