Juliano el Apóstata, el emperador filósofo que, renegando del cristianismo, sueña con restaurar el mundo pagano, ejerció una fuerte sugestión sobre la fantasía de numerosos escritores.Ibsen hace de Juliano un desafortunado rebelde que, debatiéndose entre el cristianismo y el paganismo, sueña con restaurar el tercer reino que le anunció Máximo de Éfeso.