Fruto de numerosas y radicales innovaciones de ingeniería, nacido para responder a urgentes exigencias de carácter económico y psicológico el rascacielos vio la luz por primera vez en la segunda mitad del siglo XIX, para representar mejor que ningún otro edificio la ciudad moderna. Desde el Flatiron de Nueva York hasta el Tomorrow Square de Shanghai, estas páginas repasan la historia de los gigantes de cristal y acero, siguiendo la permanente evolución tecnológica, conceptual y de diseño de estos extraordinarios laboratorios de vanguardia, proyectados hacia alturas siderales y diseminados por todos los rincones de la tierra.