Un nuevo amanecer espera a la humanidad. En este momento sólo me queda pedir, una vez más, perdón a todos mis hermanos. Sé el inmenso mal que he proporcionado a todos en el transcurso de los miles y miles de años que he estado obrando como ser contrario a Dios. Quisiera ponerme de rodillas ante todos y cada uno de vosotros e implorar vuestro perdón. Quisiera veros a todos evolucionando hacia Dios directamente y sin interferencias y que precedáis en la Patria Celestial. Cuando todos hayáis retornado nuevamente al Padre, yo, como hijo pródigo, también regresaré y celebraremos una gran fiesta. Hasta ese momento contad con mi agradecimiento y mi gran amor de hermano. Yo ahora estoy actuando ya como ser positivo y de Dios. Después de muchos miles y miles de años haciendo el bien, mi deuda kármica habrá sido liquidada y nuevamente estaré en mi casa, pero con una gran humildad y experiencia por mi paso por la materia.