Una noche de fines de invierno un coronel retirado es asesinado de dos tiros de revólver en Cádiz. Inicialmente se piensa en un atentado terrorista pero, en días posteriores, se comprueba que se trata de un asesinato vulgar, aunque no se conozca el móvil. Las investigaciones policiales no consiguen encontrar una pista fiable, hasta que los estudios balísticos demuestran que el revolver utilizado se había empleado para asesinar meses antes a un catedrático de la Universidad de Salamanca. Las dos víctimas no se conocían y no existía ninguna conexión entre ellos. El equipo del comisario Noguerol se lanza a buscar un punto de coincidencia, alguien que pudo en alguna ocasión tener contactos con los dos asesinados. Será una tarea ardua porque tienen que hurgar en la vida de las víctimas hasta que finalmente creen haber localizado a esa persona, a ese punto de coincidencia. Pero, ¿fue realmente el autor del los crímenes? La policía y la justicia no terminan de ponerse de acuerdo y deben investigar más a fondo las actividades del principal sospechoso. Se trata de una novela negra en el medio universitario, un subgénero que el autor ya inición con El compañero. Y con ésta, el comisario Noguerol (un policía maduro chapado a la antigua) y el inspector Abreu (un brillante detective especializado en criminología) serán los encargados de resolver el caso.